Tercera etapa

Mertola es un pueblo precioso, con su castillo, su mezquita, su embarcadero... sus calles empedradas donde como tengas un tras pies te abres la cabeza seguro, parece mentira que un pueblo tan turístico tenga tan mal conservadas las calles, sobre todo las mas empinadas, la mayoría de los caminos por los que hemos pasado para llegar estaban mucho mejor que estas calles.

El hotel en el que nos quedamos era estupendo y lo teníamos para nosotros solos, nos dieron la llave de la habitación y  de la puerta de la recepción ya que de noche no había nadie, ni conserje ni mas clientes, no os podéis imaginar el silencio, para dormir muy bien, pero para pensar en películas de miedo, terrorífico, jajajaja.

La mañana desperto con una intensa niebla que no nos abandonaria en los proximos días, nos lo tomamos con calma para ver si levantaba, pero viendo que no, nos echamos de nuevo al monte.

La niebla era tal que casi no veia el gps, el agua recorría la visera del casco y resbalaba en gotas que se estrellaban en las gafas y el frio te dejaba los dedos de las manos como cubitos de hielo, pero como sarna con gusto no pica.....

El track de hoy era casi todo investigación, todo iba bien hasta que dimos con una zona llena de porteras, cuando as parado varias veces seguidas el ritual de bajarte de la moto, abrir la portera, pasar la moto, cerrar la portera y volverte a subir en la moto para continuar se vuelve
insoportable, menos mal que la cosa fue mejorando, nos las encontrábamos abiertas y poco a poco fuimos saliendo de aquella zona.

A media mañana bajamos un poco de altitud y la niebla nos dio un respiro, no lo hizo el frío, pero al menos era mas soportable.

Por fin llegamos a las minas de sao domingo, sitio al que tenia muchas ganas  ver y que me decepciono un poco, me lo esperaba mucho mas grande, pero los paisajes merecieron la pena, desde allí nos saco una pista de las mas divertidas de todo el viaje, con subidas y bajadas, curvas en s una pasada para la conducción, lo que no nos dejaba era el frío por lo que decidimos parar a comer en el primer bar con chimenea que encontráramos, el bar lo encontramos la chimenea no.

Terminamos de comer sobre las cuatros de la tarde hora española, por lo que nos quedaban unas dos horas de luz para llegar a nuestro destino, parecía viable, pero nada mas meternos en el track, que transcurre paralelo a la frontero nos dimos cuenta de que la cosa iba a estar dificil por lo sinuoso del trazado y mas cuando el camino empezó a estar cortado por alambradas y cancelas con cadenas y candados obligando nos a coger por los cortafuegos.

En esas estábamos cuando nos cruzamos con un grupo de ciclistas que estaban  perdidos y como nos vieron con el gps, ellos no llevaban, nos preguntaban por una aldea cercana según ellos, en el gps no aparecía nada cerca lo mas en linea recta a unos diez km, que con lo enrevesado del camino seguro que seria mas del doble y ya eran mas de las cinco de la tarde, nos despedimos deseándonos suerte mutuamente y a la media hora nos encontramos en un callejón sin salida, con la noche echandose encima y lo peor la niebla que estaba bajando a toda leche.

Vueltas y mas vueltas, corta fuego para arriba corta fuego para abajo, nos encontrábamos siempre con muros de piedra, alambradas y cancelas,pongo el zoom al gps y veo una carretera a la derecha nuestra,

por lo que le digo a loli vamos a coger todos los caminos que nos lleven hacia la carretera que como anochezca y con la niebla nos veo durmiendo en algún cobertizo con el ganado.

Pasadas las seis de la tarde y tras  cien vueltas y dos vadeos graciosos salimos a la carretera ya con la noche casi encima, pusimos rumbo a encinas sola, la niebla empeñada en no dejarnos se apodero de la carretera tardamos mas de una hora en recorrer los poco mas de 50km hasta el pueblo.